lunes, 14 de mayo de 2018

Capítulo 3: El jardín eterno


El día próximo a la masacre se celebró el funeral. Gran parte de la ciudad se juntó en la iglesia, no para presentar respeto a mi familia o rezar por ellos, mas bien para tener chismes que contar y por el morbo de ver quien iba a llorar por mi familia, aquella familia que odiaban tanto todos. Seguro que también tenían curiosidad por saber que pasaría conmigo ya que toda mi familia había muerto, de hecho la noche anterior la había pasado en el hospital y unos guardias me acompañaron hasta la iglesia para el funeral.

La ceremonia fue algo bastante común, aunque yo no me acuerdo demasiado de ese momento, entre las lagrimas y el shock de todo lo que ocurrió, mi mente no estaba muy por la labor de recordar la ceremonia.

Tras la ceremonia pública llegó el entierro. Esta ceremonia fue privada por lo que solo pudieron asistir los familiares, es decir, estaba yo sola (y los guardias que estaban cuidándome), aparte de los encargados de dar tierra a mi familia. Nadie más tenía acceso al entierro, pues este se celebró en la necrópolis privada de los Evergarden. Llamado “El jardín eterno”, ya que las semillas que se plantaban en aquel jardín se convertían en flores de la eternidad, una forma poética de decir que quien fuera enterrado ahí no volvería jamás.

Al terminar el entierro una figura apareció por la entrada del jardín. Era un hombre de aspecto dejado y descuidado. Pensé que sería algún encargado de la funeraria ya que nadie más tenía permitido la entrada al jardín. Este señor se acercó a donde nos encontrábamos y le habló al guardia que me cuidaba:

- Soy Hellgan Evergarden. La niña vendrá conmigo a partir de hoy.- Afirmó el señor.
Aquel señor se identificó como mi tío, aunque yo nunca había visto a ese hombre ni tampoco había escuchado de ningún tío llamado Hellgan. Si bien a mi no se me hacia conocido aquel hombre, el guardia que me acompañaba parecía reconocer que aquel era mi tío.

- Mira, este es tu tío Hellgan. Desde hoy cuidará de ti.- Me comentó el guardia.

En aquella situación no es que tuviera muchas opciones sobre mi futuro por lo que acepté el hecho de que me iría a vivir con aquel señor que decía ser mi tío, a fin de cuentas si era mi tío no tenía que preocuparme de nada, era mi familia, me cuidaría. Es lo que pensé en mi ignorante inocencia.

Miré a mi tío, -Vamos.- Dijo él. La verdad es que no fue un primer contacto muy cálido, era como si fuese un breve adelanto de todo lo que me acontecería de ahí en adelante.

jueves, 8 de febrero de 2018

Capitulo 9: Libido coronam

(Visto por Jordan el viajero)
Llevaba varios días de viaje hasta que llegue a la capital de Phaion. La noche se acercaba, tenia los pies hinchados y la garganta seca por lo que decidí entrar en la primera tasca que vi. Le pedí una cerveza y algo de cenar al mesero y me senté en una de las mesas vaciás a descansar. No tardó mucho en llegar la comida. No puedo decir que fuese lo mejor que había comido en mi vida pero me daría energía y estaba caliente, por lo que me conformé con aquel plato.
Mientras estaba comiendo dos hombres entraron entre carcajadas y jolgorio a aquella tasca y se dirigieron a la barra.
-Hola chicos ¿Que os pongo?- Les saludo el mesero.
- Ponnos un par de cervezas Paul- Se refirió al mesero. Este no tardó mucho en volver con dichas bebidas.
- Hoy se os ve especialmente alegres chicos.- Apuntó el mesero mientras les servía las cervezas.
-No es para menos Paul.- Comentó uno de ellos.
-Ayer estuvimos en “La corona” y madre mía menuda noche.- Comentó el otro.
-La mejor noche de mi vida.- Añadió el primero.
- Jajajaja.- Se rió el mesero.- Así que la fama que tiene es merecida por lo que contáis.
- Totalmente.- Contestaron ambos a la vez.
Escuchando aquella conversación y con la emoción que hablaban aquellos hombres me entró la curiosidad de saber de que hablaban así que me dirigí a ellos:
- Disculpad si me meto donde no me llaman pero escuchando vuestra conversación me ha entrado curiosidad de saber lo que hablabais. ¿Que es eso de “La corona”?¿Es algún tipo de bar o algo así?
- Oh vaya, ¿no conoces “La corona”? No eres de aquí ¿verdad?- Me preguntó uno de ellos
- En efecto, soy un viajero y acabo de llegar aquí. Os he escuchado desde la mesa y hablabais con tanta pasión sobre “La corona” que me ha entrado curiosidad.- Respondí.
- Es un prostíbulo.- Apuntó el mesero.
- ¿Que dices Paul?.- Respondió de inmediato uno de aquellos hombres.- Es una ofensa que llames prostíbulo a “La corona”, es mucho más que un prostíbulo, es el paraíso.- Apuntó.
- “Libido coronam” (“La corona de la lujuria” en Latín) se llama el establecimiento aunque se le conoce coloquialmente como “La corona” y efectivamente es más que un prostíbulo.- Añadió su compañero.- Es un bar con chicas de compañía, club de striptease, diferentes espectáculos y prostíbulo todo a la vez.
- Vaya.- Respondí sorprendido.- ¿Y tan bueno es ese lugar?
- Sin duda.
- Ademas se comenta que cualquier fantasía que tengas la convierten en realidad.- Añadió el mesero.
- Te puedo garantizar que eso es cierto jajaja.- Se rió uno de ellos.
- Apareció de la nada y en poco tiempo se ha convertido en uno de los atractivos de la ciudad. Todas las chicas son preciosas y geniales.- Comentó el otro.
-Por no hablar de la señora del lugar. No verás chica más preciosa en tu vida, te lo garantizo.
- Un viajero como tú que pasa por Markushias tiene que visitar “La corona” te aseguro que te llevaras buenos recuerdos de esta capital jajaja.
- Bueno no se, si me lo vendéis así habrá que ir.- Respondí.
- Eso si, prepara las monedas porque la calidad se paga.- Me advirtió uno de ellos.
- ¿Es muy caro o que?- Pregunté.
- Es caro en principio pero una vez que sales de ahí no te parecerá nada caro en comparación a lo recibido.- Me respondieron.
- Esta bien. Bueno pues me voy por hoy. Muchas gracias y que tengáis buena noche.- Me despedí de ellos mientras pagaba la cena y la cerveza que me tomé.
- Muchas gracias a ti. Que te vaya bien y vuelve cuando quieras.- Me despidió el mesero.
- Hasta otra y disfruta de la ciudad.- Me despidieron aquellos hombres mientras terminaban sus cervezas.
Pasé la noche en una posada barata de la zona y descansé todo lo que pude. A la mañana siguiente salí a explorar la ciudad y ver los alrededores. La verdad es que Markushias era una gran ciudad y había bastantes cosas que ver. Tras un par de horas de andar por aquellas calles me encontré con el lugar del que hablaban aquellos hombres ayer. Era un edificio grande y encima de la puerta principal se podía leer un cartel donde ponía “Libido coronam”. Efectivamente no había duda de que aquel era el lugar. Me acerqué a la puerta pero estaba cerrada, - Normal.- Pensé, un local de este tipo no estará abierto a estas horas de la mañana. Me di media vuelta y seguí por aquellas calles explorando la ciudad.
Tras un largo día y ya que el sol se despedía, volví a aquel local que tanto me recomendaron el día anterior. Esta vez estaba abierto, se podía notar el revoloteo que había dentro desde fuera. Me aventuré a entrar, aunque sea para informarme. Abrí la puerta y procedí a entrar.
Lo que vi dentro me dejó perplejo. Era como me lo habían descrito, había hombres en la barra del bar tomando algo acompañados de chicas. Al otro lado había varias chicas bailando y haciendo lo que parecía parte de algún espectáculo. Efectivamente las chicas eran preciosas. Mientras admiraba tal escena embobado, una voz me volvió a la realidad:
- Buenas tardes señor. Bienvenido a “Libido coronam” ¿Le puedo ayudar en algo?.- Me saludó con una sonrisa encantadora.
- ¡Oh vaya! Eh… si… perdón.- Respondí torpemente. La persona que me habló parecía ser una especie de recepcionista que se encontraba al lado de la puerta.- Esto… es mi primera vez aquí así que no se como funciona muy bien esto…- Ya había estado antes en algún prostíbulo pero no eran nada comparados con aquello por lo que me sentía un poco perdido.
- No se preocupe, le explico. Aquí puede tanto tomar una copa tranquilamente o gozar de los espectáculos que solemos hacer, como intimar con alguna de las chicas en las habitaciones que tenemos preparadas para ello.
- Bien, entiendo. Aunque yo más bien venía porque me han comentado que aquí podéis cumplir cualquier fantasía. ¿Es eso verdad?
- Por supuesto, es nuestro servicio especial llamado “Hacer los sueños realidad”. ¿Le interesa?
- La verdad es que si ¿Como funciona?¿Pido lo que sea o me ofrecéis vosotras algo?
- Tenemos ambas opciones. En esta carta tienes una extensa selección de las experiencias que ofrecemos como experiencias por defecto que ya están preparadas, si te gusta alguno puedes escogerlo y lo preparamos de inmediato. Por otra parte existe la opción de tener una experiencia personalizada tal y como tú quieras pero al ser algo tan personal el precio también será personalizado según lo que quieras.
Eché un vistazo al listado que tenían de las experiencias preparadas, tanto a la descripción como al precio. Tal como me comentaron los precios eran bastante elevados pero si cumplían con lo que prometían estaba bien. Tras una ojeada no vi ninguna opción que me satisficiera del todo y lo de la experiencia personalizada me llamaba mucho la atención.
- Me decantaré por la experiencia personalizada.- Le comenté a la chica.
- Vale entonces te explico como funciona. Para la preparación de la experiencia personalizada se requiere de una reunión para acordar todo lo que quieres.
- Me parece bien.- Comenté
- No se si ahora tienes tiempo o ¿mejor acordamos la cita para otra ocasión?- Me preguntó.
- Ahora no tengo nada que hacer.
- Perfecto, pues ahora le aviso a la señora, que es ella la que se ocupa de “Hacer los sueños realidad” y enseguida vuelvo.
“La señora”… Es de quien hablaron aquellos hombres de la tasca. Tenía mucha curiosidad por conocerla la verdad, incluso estaba un poco nervioso. La chica no tardó en volver y me invitó a que la acompañara:
- Gracias por esperar, la señora está disponible por lo que le llevaré hasta ella para que acordéis todo para la experiencia.- Me dijo con esa eterna sonrisa encantadora que tenía.
Recorrimos un largo pasillo hasta una puerta al fondo, la chica llamó a la puerta y asomó la cabeza por la puerta:
- Señora, traigo al hombre del que te he hablado hace un momento.
- Gracias Yuri, dile que pasé por favor.- Respondió una voz cautivadora.
- Señor, la señora le espera, pase por favor.
- Si, gracias.- Respondí.
Entré en aquella habitación que parecía ser el despacho de “la señora”. Cuando entré se cerró la puerta detrás de mi y me encontré de frente con la chica más preciosa que había visto en mi vida. Su pelo, sus ojos, sus rasgos… parecían algo de otro planeta, incluso juraría que rezumaba un aura de sensualidad de ella. Me quedé estupefacto ante tal belleza, al contrario que mi corazón que se aceleró como nunca antes. Entonces ella me invitó a sentarme:
- Por favor, toma asiento.- Dijo con la voz más hermosa que he escuchado nunca.
Me senté y me intenté relajar un poco.
- Gracias.- Dije.
- Así que quieres la experiencia personalizada ¿Verdad?- Fue directo al grano.
- Si, así es.- Respondí.
- No se si Yuri te lo ha explicado pero al ser una experiencia personalizada el precio variará según lo que pidas.- Me informó.
- Si, me lo han explicado y estoy de acuerdo.
- Bien, perfecto. Entonces ¿Que tienes pensado?- Me preguntó
- ¿Vas a estar tú?- Pregunté exaltado. Quería que ella estuviera en aquella experiencia. No podía controlar mi cuerpo ni mi mente. Desde el momento en que la vi no hacia más que pensar en ella.
- Si, jaja.- Se rió.- Yo me encargo de todas las experiencias de “Hacer los sueños realidad”.- Me contestó.
- Bien y ¿solo estas tú o puede haber más chicas?
- Puede haber tantas como quieras.- Me respondió con una voz melosa.
- Entonces ¿pueden ser dos chicas más ademas de ti?
- Si, claro. Pero te informo de que las experiencias suelen ser de una hora.- Me informó.
- Esta bien.
- Vale pues ¿Que más quieres?
- Me gustaría que las otras dos chicas se vistieran de sirvienta y que tú te vistieras como si fueras alguien de la nobleza: una reina, una princesa, una emperatriz, una duquesa. ¿No se si me explico?
- Si, la común fantasía de tirarse a alguien de la nobleza ¿Cierto?
- Jajajaja.- Me reí nervioso.- Pues si. Me has pillado. ¿Es posible hacerlo?
- Si, totalmente ¿Algo más?
- No se. No se me ocurre nada más. En términos generales sería eso.
- Bien no te preocupes. Ya me encargaré de añadirle un poco de “magia” a todo eso.- Dijo mientras sonreía.- Pues si eso es todo serían 6 monedas de oro. Por cierto solemos cobrar la mitad por adelantado.
- Me parece bien.- Respondí.
- Bien, veamos para cuando podemos concretar la experiencia.
- Vale.- Respondí.
- Andamos bastante ocupadas la verdad pero tengo un hueco mañana a las once de la noche si te viene bien.
- Si, está bien.
- Vale. Pues solo queda que me digas tu nombre para apuntarte como cita.
- Si. Jordan Park.- Le informé.
Cogió una especie de agenda que tenía y apuntó algo en ella, supongo que sería la cita.
- Pues listo, Jordan. Mañana nos vemos.
Se levantó de la silla y me tendió la mano en señal de cerrar el trato. En ese momento pude apreciar aun más su belleza. Además me fijé que vestía un kimono rosa pero no era un kimono tradicional ya que solo le tapaba hasta la mitad de los muslos dejando al descubierto así sus hermosas piernas. También me pude fijar que aunque la llamaban “la señora” era una chica muy joven, no se ni si llegaría a los 20 años de edad, ni tampoco entendía como alguien tan joven pudiese tener un negocio de aquella magnitud aunque tampoco me preocupó demasiado. Me levanté de la silla y le estreché la mano para cerrar el trato.
- Si, hasta mañana.- Me despedí.
La verdad es que estuve toda la noche y todo el día siguiente pensando en aquella chica, apenas pude descansar pensando en como sería aquella experiencia que me esperaba.
Tras un día largo la hora acordada llegó. Me aseé adecuadamente, cogí mi bolsa de dinero y me dispuse a ir a “La corona”. Tras entrar por la puerta la chica del día anterior me recibió otra vez, con la misma sonrisa encantadora de aquel día.
- Buenas noches, bienvenido a “Libido coronam” ¿Le puedo ayudar en algo?- Me preguntó.
- Había acordado una cita con “la señora”. Lo de “Hacer los sueños realidad”.- Respondí.
- ¿A nombre de quien?
- A nombre de Jordan Park.
- Jordan Park… - Susurró mientras revisaba una lista.- Si, aquí estas. Muy bien pero antes te tengo que pedir el adelanto del pago, que son 3 monedas de oro. La otra mitad me la pagaras después.- Me informó.
- Bien…- Le dí el adelantó y confirmó que el pago era adecuado.
- Gracias, todo está bien así que si me permite le llevaré hasta su habitación, donde le espera la señora.
Seguí a aquella preciosa chica hasta el segundo piso del edificio donde básicamente eran todo habitaciones. Tras caminar unos pasos se paro en frente de una puerta y me miró.
- Tras esta puerta sus sueños se harán realidad, disfrute de la experiencia.- Me dijo y luego se marchó dejándome solo frente aquella puerta. Nervioso abrí la puerta y de golpe un dulce aroma me embriagó mientras una música cuyo procedimiento desconozco sonaba. Cerré la puerta a mi paso y allí estaban, tal como me dijo, las tres chicas, preciosas, tumbadas en la cama, esperándome, dos de ellas vestidas de sirvienta, “La señora” vestida con ropajes de alta nobleza, tal como pedí. La escena era maravillosa para mi, además vestida así “la señora” me recordaba a cierta emperatriz que conocí un día años atrás. Las chicas se levantaron y se acercaron a mi. Las dos que estaban vestidas de sirvienta me cogieron cada una de un brazo y “la señora” me cogió de la camisa mientras me saludaba.
- Hola guapo, ¿Has venido con ganas?- Me dijo con una voz tan sensual que con solo escucharlo ya te daba placer. Entre las tres chicas me llevaron hasta la cama y allí me empujaron encima de la misma. Mientras me recomponía en la cama las dos sirvientas se pusieron una a cada lado mio tumbadas también en la cama y empezaron a acariciarme, por su parte “La señora” se plantó frente a mi y empezó a bailar al ritmo de la música, me tenía totalmente hipnotizado. Tras unos minutos de espectáculo “La señora” suavemente se deslizó encima de mi como si de una pluma que lleva el viento se tratara y empezó a desabrocharme los botones de la camisa. Yo por mi parte no pude resistirme más y empecé a acariciar sus piernas. Su piel era tan suave y caliente que te invitaba a tocar y acariciarla aun más. Mientras “La señora” me desabrochaba los botones de la camisa las otras dos chicas me acariciaban el pecho con sus juguetonas manos. Tras quitarme la camisa me atacó con su pequeña boca como si de una fiera se tratara y empezó a intercalar besos y pequeños mordiscos en mi cuello, mientras tanto las dos sirvientas empezaron a desvestirse hasta quedarse desnudas.
De ahí en adelante todo se tornó en una tormenta de gemidos, lujuria y placer como nunca antes había sentido. La hora que teníamos se me pasó volando pero nunca antes me había quedado tan satisfecho. Tras la hora las chicas se despidieron y abandonaron la habitación dejándome un poco de privacidad para asearme y marcharme. Así hice. A continuación bajé y me dispuse a pagar la otra mitad de lo acordado a aquella chica tan sonriente aunque en aquel momento creo que mi sonrisa era incluso mayor. Le dí las 3 monedas de oro restantes y me despedí.
- Gracias por todo. Volveré en otra ocasión sin duda.
- Gracias a usted, que tenga buenas noches.
- Oh! Y dale las gracias también a la señora, que ha hecho un trabajo espectacular.
- Por supuesto.- Me respondió.
A continuación salí de aquel lugar y confirmé que todo lo que me habían dicho aquellos dos hombres días antes en la tasca era verdad, que nunca olvidaría a aquella chica a la que llamaban “La señora” y que hablaría de ella a cualquiera que me encontrara.


Capítulo 9: Libido coronam
(Visto por Evelynn “La señora” (con comentarios y pensamientos))
Era otro día más en “Libido coronam”. Últimamente la popularidad de “La corona” había aumentado y debido a ello teníamos que trabajar más y mejor, aunque eso no me suponía ningún problema. Lo que más problemas me daba era la gestión y la administración económica del lugar ya que tuve que aprender sola las matemáticas y aun a veces tengo algunas dudas en según que temas. Era por la tarde por lo que estaba revisando ciertas gestiones de “La corona” cuando Yuri toco a mi puerta.
- Adelante.
- Discúlpeme señora, un cliente ha pedido el servicio personalizado de “Hacer los sueños realidad” y me preguntaba si le viene bien hacer la reunión ahora.
- Si, no hay ningún problema. Gracias Yuri, dile que venga y enseguida haremos la reunión.
- De acuerdo, enseguida le informaré.- Me comentó Yuri y se marchó.
(La verdad es que últimamente hay cada vez más gente que pide los servicios de “Hacer los sueños realidad” y aunque gano mucho dinero con ello crear ilusiones durante tanto tiempo y mientras hago otras cosas me consume mucho. Porque sí, efectivamente, los servicios de “Hacer los sueños realidad” no son más que una patraña que combina interpretación, prostitución e ilusionismo pero funciona. Es verdad que preparamos todo con sumo cuidado, teniendo en cuenta hasta el ultimo detalle: el decorado, el ambiente, los aromas, incluso la luz son cosas que cuidamos en este servicio pero no tendría tanto éxito sin el ilusionismo que me permite magnificar todo lo que siente el cliente: el olfato, la vista, el sabor, el oído, incluso el tacto. Puedo modificar todo lo que siente el cliente y multiplicarlo para que su placer sea máximo y es verdad, como su nombre indica no son más que ilusiones, para la única persona que es real todo lo que pasa y siente es para el cliente mismo pero para mi es suficiente, al fin y al cabo la gente quiere ser engañada y no me refiero solo al sexo. La política, la monarquía, el poder, la religión… todo es mentira pero la gente lo acepta.)
Ordené y limpié un poco el escritorio antes de recibir al cliente, dar una buena primera impresión es vital. Poco después Yuri volvió a llamar y asomó la cabeza por la puerta:
- Señora, traigo al hombre del que te he hablado hace un momento.
- Gracias Yuri, dile que pasé por favor.- Respondí.
- Señor, la señora le espera, pase por favor.- Escuché decir a Yuri.
- Si, gracias.- Respondió una voz masculina.
Un hombre fuerte entró por la puerta y tan pronto entró, la puerta se cerró detrás de él. Aquel hombre parecía un poco nervioso y se quedó embobado mirándome fijamente. Ya estaba acostumbrada a aquella reacción de estupefacción por parte de los nuevos clientes (no es por echarme flores a mi misma pero es la verdad, pasaba muchas veces) por lo que le invité a sentarse a ver si se relajaba un poco más.
- Por favor, toma asiento.- Dije con la voz más agradable posible.
- Gracias.- Dijo y se sentó.
- Así que quieres la experiencia personalizada ¿Verdad?- Inicié la conversación .
- Si, así es.- Respondió.
- No se si Yuri te lo ha explicado pero al ser una experiencia personalizada el precio variará según lo que pidas.- Le informé.
- Si, me lo han explicado y estoy de acuerdo.- Aceptó él.
- Bien, perfecto. Entonces ¿Que tienes pensado?
- ¿Vas a estar tú?- Preguntó exaltado.
- Si, jaja.- Me reí.- Yo me encargo de todas las experiencias de “Hacer los sueños realidad”.- Le contesté (Como no voy a estar si soy la que hace las ilusiones).
- Bien y ¿solo estas tú o puede haber más chicas?
- Puede haber tantas como quieras.- Le informé.
- Entonces ¿pueden ser dos chicas más ademas de ti?
- Si, claro (típico de los hombres, piensan que cuantas más mujeres mejor y luego no pueden complacer ni a una sola). Pero te informo de que las experiencias suelen ser de una hora (aunque a la mayoría le sobran 50 minutos...).- Le advertí.
- Esta bien.
- Vale pues ¿Que más quieres?
- Me gustaría que las otras dos chicas se vistieran de sirvienta y que tú te vistieras como si fueras alguien de la nobleza: una reina, una princesa, una emperatriz, una duquesa. ¿No se si me explico?
- Si, la común fantasía de tirarse a alguien de la nobleza ¿Cierto? (que típico)
- Jajajaja.- Se rió nervioso.- Pues si. Me has pillado. ¿Es posible hacerlo?
- Si, totalmente ¿Algo más?
- No se. No se me ocurre nada más. En términos generales sería eso.
- Bien no te preocupes. Ya me encargaré de añadirle un poco de “magia” a todo eso (A veces peco de demasiado “humor” y sarcasmo, al final acabaré mal (la magia está muy mal vista y la inquisición suele matar a aquellos que usan magia)).- Dije mientras sonreía.- Pues si eso es todo serían 6 monedas de oro. Por cierto solemos cobrar la mitad por adelantado. (necesitamos tener un mínimo de seguridad porque nunca te puedes fiar de la gente)
- Me parece bien.- Respondió.
- Bien, veamos para cuando podemos concretar la experiencia.
- Vale.- Respondió.
- Andamos bastante ocupadas la verdad pero tengo un hueco mañana a las once de la noche si te viene bien.
- Si, está bien.
- Vale. Pues solo queda que me digas tu nombre para apuntarte como cita.
- Si. Jordan Park.- Me informo.
Cogí mi agenda y apunté el nombre, la hora y el precio de la cita.
- Pues listo, Jordan. Mañana nos vemos.
Me levanté de mi silla y le tendí la mano para cerrar el trato. Tardó un poco en reaccionar pero tras escanearme con su mirada de arriba a abajo me dio la mano.
- Si, hasta mañana.- Se despidió.
Tras marcharse me dediqué a terminar las gestiones administrativas pendientes y prepararme para la noche ya que me esperaba una noche de mucho trabajo.
El día siguiente lo primero que hice al ir a “La corona” fue organizar la noche por lo que pregunte a las chicas quien tenían la noche bastante libre ya que a las once necesitaría a dos de ellas. No hubo ningún problema, aun soliendo estar bastante solicitadas. Tras eso me puse a organizar las actuaciones que habría la semana siguiente (es mejor preparar las cosas con tiempo, lo digo por experiencia).
A la noche me preparé para los servicios de “Hacer los sueños realidad” como siempre (me suele llevar varios minutos de concentración para cargar todo el zeon (magia) posible ya que el mantenimiento de los hechizos de ilusión cuesta bastante y aun más si mientras tanto estás haciendo otras cosas como bailar o follar). A las diez subí al segundo piso y entré a una de las habitaciones disponibles para prepararla para la cita de las once. Le intenté dar ese toque de realeza o de clase alta que pedía el cliente con cojines y mantas con muchos detalles bordados y con elegantes jarrones y diferentes elementos decorativos. A las diez y veinte me dispuse a vestirme y arreglarme adecuadamente con ciertos ropajes de clase alta que había conseguido. Llevaba mucha parafernalia encima pero al fin y al cabo era más o menos lo que pidió el cliente así que era lo que había. A las once menos diez entré otra vez en la habitación y empecé a preparar el hechizo de ilusión: estéticamente no estaba tan mal la habitación por lo que no necesitaba grandes arreglos mediante la ilusión, en cuanto al olor decidí crear una ilusión olfativa del olor de los jazmines combinada con incienso y además cree una ilusión auditiva que reproducía el canto de unos juglares que escuché un día aquí cerca, me pareció muy adecuado para la ocasión. Lo demás eran ilusiones comunes como que el tacto de nuestra piel sea mucho más suave y cálida de lo habitual y cosas así. A las once menos cinco entraron las otras dos chicas ya listas en la habitación y tras una breve charla de recordatorio de lo acordado nos preparamos para recibir al cliente.
Poco después escuché la voz de Yuri al otro lado de la puerta.
- Tras esta puerta sus sueños se harán realidad, disfrute de la experiencia.- Decía.
Eso quería decir que el cliente pagó el adelanto y todo estaba listo, de hecho solo faltaba que entrara, cosa que no tardó en hacer. Las dos chicas y yo le esperábamos acomodadas en la cama en una postura sugerente para dar una primera impresión impactante. El show había empezado, era hora de ejecutar nuestra mejor actuación, como siempre, por lo que nos pusimos a ello.
Nos levantamos y nos acercamos a él. Mis dos compañeras vestidas de sirvienta le cogieron cada una de un brazo y yo ejerciendo de líder dominante le cogí de la camisa mientras le saludaba.
- Hola guapo, ¿Has venido con ganas?- Le dije con la voz más sensual posible (El hechizo de ilusión ayudaba a eso también). Entre las tres le llevamos hasta la cama y allí le empujamos encima de la misma. Mientras se recomponía en la cama las dos sirvientas se pusieron una a cada lado suyo tumbadas también en la cama y empezaron a acariciarle, por mi parte yo me planté frente a él y empecé a bailar al ritmo de la música. Tras unos minutos de espectáculo precalientamiento, suavemente me deslicé encima del cliente y empecé a desabrochar los botones de su camisa. Él empezó a acariciar mis piernas, parecía que al final se animaba. Mientras le desabrochaba los botones de la camisa las otras dos chicas le acariciaban el pecho. Tras quitarle la camisa decidí ir a por él completamente y le ataqué al cuello con pequeños mordiscos y besos. Mientras tanto mis dos compañeras empezaron a desvestirse hasta quedarse desnudas.
De ahí en adelante todo se tornó en una tormenta de gemidos, lujuria y placer como siempre (gemidos, lujuria y placer para el por supuesto para nosotras no era más que otro trabajo más y menos para mi que ni me gustan los hombres, los odio, les tengo asco y más desde que estoy en este mundillo pero dan mucho dinero y son fáciles de manipular, perfecto para mi negocio). Tras la hora nos despedimos y abandonamos la habitación dejando un poco de privacidad al cliente para asearse y marcharse. Nosotras también nos fuimos a asear y a descansar para seguir con la noche.
Mientras estaba charlando con mis dos compañeras sobre que todo salió bien y que estábamos satisfechas con el resultado de nuestro trabajo Yuri entró por la puerta.
- Señora, el cliente de las once ya a pagado la otra mitad y se ha marchado satisfecho.
- Que bien, muchas gracias Yuri.

Y así, otro hombre más caía bajo el "hechizo" de Evelynn.